Los mejores patinetes eléctricos infantiles del 2025

El patinete eléctrico SISIGAD en Pink-1 está pensado para niños entre 6 y 12 años que quieren una forma fácil y divertida de moverse al aire libre. Lo bueno es que el manillar tiene tres alturas ajustables, así que puede crecer junto al peque y adaptarse a su tamaño sin problema. Además, pesa solo 4,2 kg, lo que hace que no sea un lío para que los niños lo lleven o guarden después de usarlo.

Su estructura de aleación de aluminio da bastante confianza en cuanto a resistencia, y las luces LED en ruedas y faros no solo molan visualmente, sino que también funcionan como un plus de seguridad para que se vean bien en las tardes más oscuras. La velocidad máxima de 10 km/h parece perfecta para que no vayan ni muy rápido ni muy lento. En resumen, pinta bien para que los niños se lo pasen bomba sin preocupaciones excesivas de los padres.

El patinete eléctrico BEEPER Kiddy, en ese FWE50 Azul tan llamativo, está pensado para niños entre 4 y 12 años, o sea, para esos peques que ya quieren moverse solos pero aún no están listos para algo más grande. Es compacto, con unas medidas de 88.9 cms de alto x 73.66 cms de largo x 35.56 cms de ancho, y ligero, solo pesa 4.5 kg, así que resulta fácil de manejar y guardar, ideal para el parque o el patio de casa.

Lo que resulta muy práctico es su motor de 100W, que ofrece una potencia suficiente para que los niños puedan acelerar sin tirar demasiado, y el acelerador es de pie, lo que permite un control bastante suave y seguro para evitar sustos. Además, el diseño ajustable del manillar (con tres alturas entre 80 y 90 cm) sirve para que les valga todo el tiempo que crecen, lo que lo hace un aparato duradero. Por la garantía de 3 años en mecánica y electrónica, parece una compra fiable, especialmente si buscas algo sencillo pero con buenas prestaciones para que el niño empiece a coger confianza.

El patinete eléctrico SISIGAD en Green-3 parece ideal para niños entre 6 y 10 años que quieren algo más que un simple scooter. Es perfecto para esos ratos de parque o para moverse cerca de casa, sobre todo porque pesa solo 4,2 kg, así que no resulta pesado ni para los peques ni para los padres. Además, el manillar ajustable a tres alturas permite que crezca con el niño, lo que da bastante juego y evita tener que cambiarlo rápido.

Una cosa que me ha parecido práctica es el freno trasero que también funciona como guardabarros, evitando sustos al frenar. Sumando a esto, las luces LED en las ruedas y en el manillar no solo molan visualmente, sino que aumentan la visibilidad y seguridad. La estructura de aluminio parece bastante resistente y estable, así que da confianza para que los niños lo usen sin problema. En definitiva, tiene pinta de ser un aparato con buenos detalles que no sólo es divertido, sino que también cubre aspectos importantes de seguridad y durabilidad.